domingo, 16 de noviembre de 2014

Consejos Matrimoniales


                                              

Sin duda la familia está centrada en una pareja. En un hombre y una mujer que han decidido unir sus vidas para pelear juntas la gran batalla de formar un hogar. Hay mucha gente que vive junta bajo un mismo techo, pero al no haber un matrimonio que lo presida no pueden llegar a ser un hogar. Para defender esta unión matrimonial es que el pastor Hugo Contreras nos aconseja.

Siete áreas importantes de la vida matrimonial.
Comúnmente no le damos importancia a ciertos temas que nos interesan, pero el tema MATRIMONIAL debe interesarnos y tenemos que aprender a oír, a ver, a comprender y a cuidar todos los aspectos del mismo, porque pueden llegar momentos de gran tensión que afectarán áreas en las cuales nunca habíamos pensado. 
Un matrimonio joven no imagina las cosas que se acumularán al pasar del tiempo, cuando vienen los hijos, las crisis económicas y los problemas diarios de la vida. Las tensiones que experimentamos, los lugares en que vivimos y las circunstancias vividas dejan marcas en nuestras vidas y llega una edad en que a la mujer especialmente pero también al hombre, le salen a la luz cosas acontecidas en su infancia. En esos días de tensiones y conflictos, es cuando necesitamos tener a alguien que nos ayude.
 
Lucas 2:52 dice: “…y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres…” Estos versículos parecer no tener nada que ver con el tema, pero se nos muestra un equilibrio que había en la vida de Jesús. Crecía en estatura, en sabiduría y en gracia delante de Dios y los hombres. Creo que debemos tener este mismo equilibrio en nuestras vidas, dándole importancia a todas las áreas de nuestra vida.
 
Existen hombres que son totalmente materialistas. Todo gira en torno a cómo pueden prosperar, cuánto van a ganar, y si algo no va a darle buena ganancia no tienen tiempo para ello. Otros se inclinan al deporte y lo único importante para ello es lo que tiene que ver con eso. Otros se inclinan a las relaciones sociales. Otros son tan espirituales que tienen consideración solo de eso, y otros se inclinan totalmente para el lado de lo sexual. Para mí, hay siete áreas que son importantes para un matrimonio feliz: Espiritual, mental, cultural, física, económica, social y sexual, y debemos cuidar cada una de ellas. Dios quiere darnos un equilibrio justo en nuestras vidas. Jesús es nuestro modelo pues en Él había un equilibrio perfecto. 

El hombre es por excelencia un ser espiritual
En Génesis 1:26 y 27 “...Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…” “…Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó…” El hecho de que Dios hizo al hombre a su imagen fue que le dio una faz espiritual.
 
El mundo trata de meter en la mente del hombre que descendemos del mono o que somos una casualidad en la historia. El Salmo 139 dice que: “El hombre es maravillosamente complicado” Tal es así que la ciencia sigue estudiando todas las áreas del ser humano, y cada vez descubre más, y nunca va a llegar a comprender totalmente este complicado ser, que jamás podría ser un accidente en la historia. Es más difícil creer estas boberías de la teoría de la evolución que creer con simplicidad a la Palabra de Dios, es decir, necesitamos más fe o ser más locos para creer en esas teorías que en la Palabra de Dios.
 
Si queremos ayuda para nuestros problemas matrimoniales, familiares y humanos, tenemos que aprender a creer en la Palabra de Dios. Somos hechos a la imagen de Dios, el ser humano es un ser espiritual, en parte es animal, por vivir en la tierra, pero tiene una parte divina. El hombre es el Señor de la creación, Dios lo creó para esto. Y mientras la teoría de la Evolución nos muestra a un hombre degradado que va ascendiendo y conquistando, la palabra de Dios nos presenta a un hombre creado para ser Señor que se va cayendo y degradando y para que vuelva al lugar primitivo debe volverse a Dios. El hombre no es solamente materia, es un complejo ser espiritual, una complicada creación de la mano de Dios. Fuimos creados a imagen de Él y Él es Espíritu, por lo tanto somos criaturas espirituales. Debemos volver a la comunión con Dios, y cuando esto acontece Dios perfecciona al hombre y se manifiesta a través de él. Estos son los que forman su Iglesia. 

El hombre tiene un área mental y cultural
Somos producto del medio ambiente en el que vivimos y por eso tenemos problemas de relaciones mentales y culturales, pues todos tenemos tendencias diferentes. Cuando venimos a Dios pensamos de una manera, pero si queremos crecer en Él, nuestra mente debe ser renovada para pensar como Él piensa.
 
Romanos 12:2 dice: “...No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios…” Esto significa no amoldarnos a la mentalidad del mundo. Dios quiere transformar nuestra mente, y la única manera que esto suceda es dejar que su Espíritu viva en nosotros y cambie nuestra naturaleza caída de pecado por una nueva forma de vida a través de una transformación mental y espiritual. Sólo aceptando que Dios nos ha de transformar es que tenemos esperanza de entendernos. El hombre y la mujer son diferentes. No solo en su aspecto físico sino en su aspecto emocional y en su interior, pero cuando en Cristo tenemos una restauración espiritual y comenzamos a ser transformados y renovados en nuestra mente, empezamos a entendernos mutuamente. 

El hombre tiene un área física
Leemos en el Evangelio de San Lucas que Jesús crecía en estatura. Debemos cuidar nuestro desarrollo físico y alimentario. El descanso y la higiene son de gran importancia en nuestra vida. En el matrimonio debemos estar siempre atrayentes y cautivantes el uno para el otro. Es necesario que seamos saludables. ¿Para quién vive la esposa? ¿Para quién vive el esposo? El uno para el otro. Debemos guardar  siempre un equilibrio, somos una persona espiritual, tenemos una mente y una cultura y tenemos un físico para cuidar. Debemos guardar lo mejor posible este equilibrio. Espíritu, alma y cuerpo.

El hombre tiene un área económica
Dios implantó en nosotros dos principios: SUPERACIÓN Y MULTIPLICACIÓN. Génesis 1:28 dice: “…Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla y señoread sobre los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se muevan sobre la tierra…” Dios puso en el hombre una tendencia natural a mantener su economía, puso en él una tendencia a superar y multiplicar. 
Hay personas que son dominadas por un espíritu negativo, que no les interesa nada, esas personas están enfermas y necesitan la intervención de dios para que sean curadas, porque es normal que una persona desee superarse. Existen personas que a los cincuenta o sesenta años pierden todo, pero tienen la valentía de enfrentarlo y comenzar de nuevo como si fueran jóvenes, pero hay otras que a los treinta y cinco o cuarenta años se rinden y se abandonan de tal manera que se tornan un fracaso.
 
Dios no ha puesto en el hombre un espíritu negativo. Él lo creó para superarse y multiplicarse en todos los aspectos de su vida.  Pero tampoco debe excederse en el área económica hasta llegar a no tener tiempo para Dios, pensando que eso es cosa para desocupados y para vagos y que en esta vida lo único que hay que hacer es ganar dinero. Es peligroso buscar tanto lo económico, que el hombre nunca tiene tiempo para su esposa y viceversa. Esto abre la puerta a otro u otra que tal vez “tenga tiempo”. Debemos siempre ocuparnos de mantener un equilibrio en todas estas áreas. Somos muy propensos a  extremos, pero el equilibrio en nuestras vidas nos dará firmeza en las horas críticas.

Tenemos un área social en nuestras vidas
Jesús crecía para con Dios y para con los hombres, Él vino a vivir a este mundo, para ganarnos para Él, y lo hizo viviendo entre nosotros. Dios no me salva para vivir en una caverna en las montañas. Él quiere que yo viva “entre los hombres” (dentro de una comunidad, en medio de la sociedad, entre el comercio, en la universidad, etc.) para influenciarlos y ganarlos para Dios. El ser humano está hecho para relacionarse con otras personas y debemos practicar estas relaciones en amor. Ayudando a otras personas, nos ayudaremos nosotros mismos.

Esta relación debe estar primeramente en el matrimonio y con los hijos, y después a las demás personas, porque a veces somos tan sociables con las demás personas, tan buenos en las relaciones públicas con los demás, pero no lo somos en casa. 

El hombre tiene un área emocional
Somos personas con sentimientos y voluntad, y es normal que estemos alegres o tristes, que amemos u odiemos, porque somos seres emocionales, y ésta es una de las áreas más importantes que debemos cuidar. Dios quiere penetrar en esta área para transformarnos, renovarnos y curarnos, pues en ella muchas veces hay conflictos, incomprensiones, soledades y resentimientos.
 
A veces el hombre piensa en la mujer como si fuera una máquina, que sólo con apretar un botón todo está listo, pero pasa que a veces ella no puede cumplir con la tarea como otros días, y aún en la intimidad ella no puede responder como otras veces. El hombre no la debemos entender que somos personas con sentimientos comprende, se siente mal, ofendido, etc. Debemos comprendernos los unos a los otros. 
 
No estoy diciendo que podemos odiar, esto sucede con el hombre natural, animal, pero cuando este corazón que produce ira, rencor, egoísmo es transformado por Dios, de ese mismo corazón nace amor, gozo, paz, perdón, misericordia, etc. A veces nuestras emociones son como las de la mente del mundo: obligamos, gritamos, lastimamos, etc. Por eso, nuestras emociones deben ser transformadas según Dios.

El hombre tiene un área sexual
Dice la Biblia en Génesis 2:24 “...Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne…” en Hebreos 13:4 “...Honroso sea en todo el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios...” Y también en 1° Corintios 7:2 a 5 “…Pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido. El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y así mismo la mujer con el marido. La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco el marido tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al otro…” 

El matrimonio y el sexo fueron creados por Dios. No son un invento ni del hombre, ni del diablo, y aunque el sexo haya sido pervertido, fue creado por Dios. Hay algunos que conservan esa vieja idea inventada por las religiones, que sostiene que el sexo es algo sucio que debe ser tratado a puertas cerradas y con la luz apagada. Esta falta de entendimiento trae consigo un montón de problemas. Mas cuando llegamos a Dios, Él nos dice que es digno de honra el matrimonio y el lecho conyugal sin mancilla. Vemos que no hay reservas para tratar con Él ese tema.
 

Dios nos creó para disfrutarnos el uno para el otro y llevarnos a una plena felicidad y armonía para seguir creciendo hasta llegar a ser una mente y un cuerpo. Cuando dejamos a Dios actuar en nosotros y practicamos sus principios, gozaremos de una verdadera vida y  felicidad en el matrimonio y en el hogar.


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